viernes, 27 de enero de 2017

LAS GLORIAS DE MARÍA , SAN ALFONSO MARÍA DE LIGORIO

III :

28 de enero : 

6. María socorre en especial a quienes la aman

Ahora bien, si María es tan buena con todos, aun con los ingratos y
negligentes que la aman poco y poco recurren a ella, ¿cómo será ella de amorosa
con los que la aman y la invocan con frecuencia? “Se deja ver fácilmente de los que
la aman, y hallar de los que la buscan” (Sb 6, 13). Exclama san Alberto Magno:
“¡Qué fácil para los que aman a María encontrarla toda llena de piedad y de amor!”
“Yo amo a los que me aman” (Pr 8, 17). Ella declara que no puede dejar de amar a
los que la aman. Estos felices amantes de María –afirma el Idiota- no sólo son
amados por María, sino hasta servidos por ella. “Habiendo encontrado a María se ha
encontrado todo bien; porque ella ama a los que la aman y, aún más, sirve a los que
la sirven”.
Estaba muy grave fray Leonardo, dominico (como se narra en las Crónicas
de la Orden), el cual más de doscientas veces al día se encomendaba a esta Madre
de misericordia. De pronto vio junto a sí a una hermosísima reina que le dijo:
“Leonardo, ¿quieres morir y venir a estar con mi Hijo y conmigo?” “¿Y quién eres,
señora?”, le preguntó el religioso. “Yo soy –le dijo la Virgen- la Madre de la
Misericordia; tú me has invocado tatas veces y ya ves que ahora vengo a buscarte.
¡Vámonos al paraíso!” Y ese mismo día murió Leonardo, siguiéndola, como
confiamos, al reino bienaventurado.
María, ¡dichoso mil veces quien te ama! “Si yo amo a María –decía san Juan
Berchmans, estoy seguro de perseverar y conseguiré de Dios lo que desee”. Por
eso el bienaventurado joven no se saciaba de renovarle su consagración y de repetir
dentro de sí: “¡Quiero amar a María! ¡Quiero amar a María!”
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