lunes, 16 de enero de 2017

BIOGRAFÍA COMPLETA DE SAN JUAN MARÍA VIANNEY , patrono de los Sacerdotes 

1786-1859

Fiesta 4 de Agosto

Compartimos con ustedes hermanos la Biografía Completa de san Juan María Bautista Vianney , en agradecimiento por las gracias y los milagros que hemos recibido por su intercesión , y por los que vamos a recibir , todos y cada uno . Amén

BIOGRAFÍA :

Hoy , queridos hermanos , conoceremos sobre la Infancia de este gran y piadoso santo , que ya desde la pequeñez daba rasgos de santidad . Que nos sirva como ejemplo de vida hermanos !!!

INFANCIA

Juan María Vianney –su verdadero nombre--, nació en el seno de una familia profundamente
cristiana en Dardilly, cerca de Lyon (Francia) el 8 de mayo de 1786, siendo bautizado este mismo
activa predicación, mortificación, oración y
gran caridad, un enorme celo por la salvación
de las almas; sus catequesis y su
extraordinarias cualidades como confesor,
hicieron que el sencillo pueblo de Ars –una
pequeña villa francesa-- sufriera una profunda
transformación, convirtiéndose en el centro de
la vida religiosa de toda Francia y el sitio de
frecuentes peregrinaciones de innumerables
peregrinos que buscaban al Santo Cura para
pedirle su bendición, sus sabios y santos
consejos o poder ser perdonados sus pecados
en su famoso confesionario que todavía se
puede ver como reliquia en Ars.
Entre el año de 1818 y el 1859, su nombre
estuvo en los labios de miles de personas, y
tan grande era la afluencia de peregrinos, que
la compañía de trenes que servía el distrito,
tuvo que abrir una oficina especial en la
ciudad de Lyon, para ordenar el tráfico entre
esta gran ciudad y el pequeño pueblo de Ars.
¿El causante de todo esto? un sencillo y sin
embargo incomparable sacerdote, de quien
hablaremos brevemente en esta historia: San
Juan María Bautista Vianney, Patrono de los
Párrocos.
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día. Era el cuarto de ocho hermanos. Su padres fueron Matthieu Vianney, dueño de una finca y
su madre Marie Beluze nativa del pueblo de Ecully.
La vida de este santo tuvo algunas señales que ya predestinaban su austera vida de santidad.
Narra su hermana Margaret Jean-Marie que “desde muy pequeño, en el regazo de su madre una
mujer muy piadosa, antes de darle la sopa, se encargaba de hacerle hacer la señal de la cruz Un
día se olvidó de él, y el niño no quería comer, enseguida él acarició las manos de su madre, como
para preguntarle algo. Ella se dio cuenta al final, le hizo hacer la señal de la cruz e
inmediatamente se comió su sopa de buena gana. Mi madre nos contó una y mil veces esta
anécdota"
Decía también del fervor que desde muy temprano tenía con la oración: "Tenía tres años, cuando
una noche desapareció, nadie sabía qué había sido de él, y mi madre temía una desgracia ya que
había un estanque cerca de la casa y temía que el niño se hubiera ahogado. Cuando ella fue a la
granja, escuchó el susurro de alguien orando, era Jean-Marie , escondido entre dos vacas, y de
rodillas, hizo su oración con devoción. "
Su infancia fue totalmente normal, desarrollándose entre un ambiente agrícola y familiar y la
oración, en el que la familia pasaba trabajando en los campos y viñedos. Nos dice otra vez
Margarita que cuando estaba con él dando de comer a los animales, le decía a veces: “Estoy
triste, tengo que ir al rio a rezar”.
Era virtud y característica dominante en esta familia su amabilidad hacia los pobres, mendigos y
necesitados; se dice que ningún mendigo fue nunca arrojado de sus puertas con las manos
vacías. Fue así como en cierta ocasión tuvieron el gran privilegio de dar hospitalidad a San
Benito Labre, llamado el Patrono de los mendigos, cuando éste paso por Dardilly en una de sus
peregrinaciones a Roma.
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Fue pastor desde muy pequeño, oficio que aprendió de sus padres cuando lo llevaban al campo
a cuidar de los rebaños. El campo era su lugar preferido, las flores, los árboles, toda la
naturaleza le hablaba de Dios, en quien encontraba el descanso de su corazón.
Con frecuencia se iba bajo la sombra de un árbol grande y allí, hacía como un pequeño altar
donde ponía la imagen de la Virgen Santísima, que siempre llevaba y llevaría toda su vida junto
a él; y a los pies de la Madre, descargaba su corazón con la confianza de un niño pequeño.
En otras ocasiones llamaría a sus otros compañeros pastores y les compartiría las cosas del
Señor que aprendía de su mamá, siendo éstas sus primeras clases de catecismo que luego,
diariamente compartiría con los habitantes de Ars, siendo este uno de sus más grandes
ministerios como sacerdote. Tenía la costumbre de hacer la señal de la cruz, cada vez que
sonaba el reloj.
Francia en esta época de 1790, estaba pasando una gran crisis -La Revolución Francesa- que
con el pretexto de implantar "Libertad, igualdad y fraternidad" desató una masiva persecución
que llevó a la guillotina a muchos hombres y mujeres, incluyendo a muchos sacerdotes,
religiosos y religiosas.
Los sacerdotes tenían que disfrazarse, cambiando constantemente de domicilio, para poder
ministrar al pueblo de Dios, que permanecía fiel. Entre estos sacerdotes se encuentran dos que
serán muy importantes en la vocación de San Juan: el Padre Balley y el Padre Groboz, quienes
trabajaban ambos en Ecculy. Uno hacía de panadero y el otro de cocinero.
Es en este tiempo en el que Juan Bautista hace su Primera Comunión en Ecculy, en casa de su
madre. Buscando no llamar la atención de las autoridades, trajeron carros de heno y los
pusieron frente a las ventanas y comenzaron a descargarlos durante la ceremonia para evitar
conflicto. Juan Bautista tenía entonces 13 años, lo que no impedía que algunas lágrimas
corrieran por sus mejillas al recibir por primera vez al Señor; durante toda su vida hablará
siempre de este día y atesoraría el rosario que su madre le regaló en esta ocasión
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