viernes, 20 de enero de 2017

BIOGRAFÍA COMPLETA DE SAN JUAN MARÍA VIANNEY , patrono de los Sacerdotes

1786-1859

Fiesta 4 de Agosto

Compartimos con ustedes hermanos la Biografía Completa de san Juan María Bautista Vianney , en agradecimiento por las gracias y los milagros que hemos recibido por su intercesión , y por los que vamos a recibir , todos y cada uno . Amén

SAN JUAN MARÍA VIANNEY SE VUELVE PÁRROCO DE ARS :

Continuamos con la sexta entrega , y ya llegamos a la parroquia de Ars y a su hermosa historia con este Santo .

¿ Sabías que san Juan María Vianney pasaría los últimos 41 años de su vida en Ars y que jamás volvería a cambiar de parroquia ?

Acompáñanos hoy hermano , a conocer las cosas tan especiales y milagrosas que rodearon la vida de este Santo en tan especial pueblecito .

SAN JUAN MARÍA VIANNEY : Párroco de Ars :

El pueblecito de Ars se
encuentra en una planicie
ondulada, que tiene en su
centro una pequeña colina
donde se encuentra la Iglesia,
sirviéndole como de plataforma.
En 1815 consistía en unas 40
casas. Su iglesia estaba
extremadamente dañada y de
igual condición estaba la
rectoría, que se encontraba a un
lado del valle.
En los círculos clericales, Ars
era mirado como un tipo de
Siberia, todavía no tenía
consideración de parroquia ya
que era dependencia de otra, la parroquia de Mizérieux a tres kilómetros de distancia.

La población era torpe, la desolación
espiritual era aún mayor que la material.
En los primeros días de Febrero de 1818, que el Abbe Vianney recibió la notificación oficial de su
traslado a Ars. El Vicario General le dijo: "No hay mucho amor en esa parroquia, tu le infundirás
un poco". El 9 de febrero, M. Vianney se dirigió hacia el lugar que sería por los siguientes 41
años el lugar de su sorprendente y sin precedente actividad. Caminó 38 Km. desde Ecculy hasta
Ars. Le seguían en un carretón una cama de madera, un poco de ropa y los libros que le dejó el
Padre Balley. Cuando pudo divisar la pequeña villa, hizo un comentario de su pequeñez y al
mismo tiempo hizo una profecía: "La parroquia no será capaz de contener a las multitudes que
vendrán hacia aquí".

Los habitantes del pueblo en su mayoría buscaban los placeres del mundo y no tenían mucha fe,
aunque quedaba un pequeño núcleo de personas que permanecían fervorosas, entre las cuales
estaba la señora de la casa más grande de Ars, Madmoiselle de Garets, quien dividía su tiempo
entre la oración y las obras de caridad.
Al llegar, su primera preocupación era la de establecer contacto con su rebaño. Visitó cada casa
de la parroquia. En estos primeros días todavía encontraba tiempo para caminar por las
praderas, con su breviario en las manos, y su sombrero de tres esquinas debajo de su brazo, ya
que rara vez se lo ponía. Para ganar la amistad de los habitantes les visitaba casa por casa,
hablaba del estado de las cosechas, del tiempo, de sus familias etc. Pero atendía paternalmente
con especial dedicación a los niños, a los pobres y a los enfermos, a los que dedicaba con santo
despilfarro.
Sobre todo oraba y añadía a la oración las más austeras y asombrosas penitencias. Hizo sus
propios instrumentos penitenciales. Su cama era el piso ya que la cama que trajo de Ecculy la
regaló, tiempo después consiguió otra.
Pasaría sin comer varios días. Hasta el 1827 no había nadie que hiciese las labores domésticas
en la rectoría. Su plato principal eran patatas y en algunas ocasiones hervía un huevo. Hubo
una ocasión en la que trató de vivir de hierba, pero luego confesó que tal dieta era imposible.
El decía: "El demonio no le teme tanto a la disciplina y a las camisas de pelo; lo que realmente
teme es a la reducción de comida, bebida y sueño".
El Santo Cura gozaba de la belleza de las praderas y los árboles, pero amaba mucho más la
belleza de la Casa de Dios y las solemnidades de la Iglesia. Empezó por comprar un altar nuevo,
con sus propios ahorros, y el mismo pintó el trabajo de madera con el que las paredes estaban
adornadas.
Se hizo el propósito de restaurar y dar mayor esplendor a lo que el llamaba: "Los muebles de la
Casa de Dios". Para el Señor compró lo mejor en encajes, telas, tejidos para hacer las
vestimentas sacerdotales, que aun se pueden admirar en Ars.
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