lunes, 16 de enero de 2017

Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Marcos (2,23-28):

Un sábado, atravesaba el Señor un sembrado; mientras andaban, los discípulos iban arrancando espigas.
Los fariseos le dijeron: «Oye, ¿por qué hacen en sábado lo que no está permitido?»
Él les respondió: «¿No habéis leído nunca lo que hizo David, cuando él y sus hombres se vieron faltos y con hambre? Entró en la casa de Dios, en tiempo del sumo sacerdote Abiatar, comió de los panes presentados, que sólo pueden comer los sacerdotes, y les dio también a sus compañeros.»
Y añadió: «El sábado se hizo para el hombre y no el hombre para el sábado; así que el Hijo del hombre es señor también del sábado.»

Palabra del Señor :

COMENTARIO DEL EVANGELIO DEL DÍA 17 DE ENERO :

Jesús, por lo demás, se muestra en este fragmento no como el esclavo-obediente de la orden o mandato del descanso sabático, sino como Señor del Sábado, es así como después les dijo: "El Hijo del hombre es dueño del sábado". Seguramente los escribas y fariseos, había añadido al libro de la Ley, observancia y prohibiciones, que pesaban en la conciencia de muchos, este es un error, considerar que el orden de la Ley es mas importante que el mismo hombre, como si este hubiera sido credo para la Ley y no la Ley para los hombres, Por eso Jesús, es muy claro con los fariseos, y es porque el Hijo de Dios esta por sobre la Ley, el es dueño de la Ley, y nos enseña que Dios ha creado todas las cosas para los hombres, y al hombre ha sido creado para Dios.

La Palabra de Dios, nos llega a nosotros, en todo momento, en el menos pensado, en cualquier circunstancia de nuestra vida, en todos nuestros acontecimientos, la Palabra de Dios esta a nuestro alcance. Aquí en este evangelio la Palabra de Dios es como esa espiga de trigo, con maduros granos de trigos en nuestras manos, que en este caso nos alimentan el espíritu. Este es nuestro gran alimento al alcance siempre de nuestras manos, saquémosle el provecho que de este grano nos entrega, como lo indica este evangelio “arrancaban espigas y, frotándolas entre las manos, las comían”, recordemos las palabras de Jesús, “Mi alimento es hacer la voluntad de aquel que me envío” (Jn 4,34). No ignoremos las Sagradas Escrituras, sería ignorar a Cristo, luego ignorar la vida eterna y apartarse de lo que Dios quiere para nosotros, tenemos tiempo para muchas cosas, por tanto no podemos decir que no tenemos tiempo para dedicarnos unos instantes para conocer más y mejor la Palabra de Dios, el mejor alimento que podemos tener en nuestras manos.
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