ESCRITOS DE SANTA CLARA DE ASÍS :
Gracias Santa Clara de Asís , por las gracias y bendiciones recibidas por tu intercesión , y por los que vamos a recibir todos y cada uno , y donde llegue este mensaje . Amén
REGLA DE SANTA CLARA , PROYECTO DE VIDA
CAPÍTULO VI
Las promesas del bienaventurado Francisco y que no tengan posesiones .
Después que el altísimo Padre celestial se dignó, por su gracia, iluminar mi corazón, para que hiciera yo
penitencia , según el ejemplo y la doctrina de nuestro beatísimo padre san Francisco, poco después de su
conversión voluntariamente le prometí obediencia junto con mis hermanas. Y considerando el bienaventurado padre que no temeríamos pobreza alguna, ni trabajo, ni tribulación, ni
afrenta, ni desprecio del mundo, sino que, al contrario, todas estas cosas las tendríamos por grandes
delicias, movido a piedad escribió para nosotras la “forma de vida” en estos términos
«YA QUE, POR
DIVINA INSPIRACIÓN, OS HABÉIS HECHO HIJAS Y ESCLAVAS DEL ALTÍSIMO Y SUMO REY, PADRE CELESTIAL, Y
OS HABÉIS DESPOSADO CON EL ESPÍRITU SANTO, ELIGIENDO VIVIR SEGÚN LA PERFECCIÓN DEL SANTO
EVANGELIO,
QUIERO Y PROMETO DISPENSAROS SIEMPRE, POR MÍ MISMO Y POR MEDIO DE MIS HERMANOS, Y COMO A ELLOS, UN AMOROSO CUIDADO Y UNA ESPECIAL SOLICITUD»
Lo que cumplió diligentemente
mientras vivió, y quiso que sus hermanos cumplieran siempre
Y para que ni nosotras ni cuantas hubieran de venir después de nosotras, nos separáramos jamás de la
santísima pobreza que habíamos abrazado, poco antes de su muerte nos escribió de nuevo, comunicándonos
su última voluntad:
«YO EL HERMANO FRANCISCO, PEQUEÑUELO, QUIERO SEGUIR LA VIDA Y LA POBREZA
DEL ALTÍSIMO SEÑOR NUESTRO JESUCRISTO Y DE SU SANTÍSIMA MADRE Y PERSEVERAR EN ELLA HASTA EL FIN
(cf. Mt 10,22);
Y OS RUEGO, SEÑORAS MÍAS, Y OS ACONSEJO QUE VIVÁIS SIEMPRE EN ESTA SANTÍSIMA VIDA
Y POBREZA. Y CUIDAOS MUCHO, PARA QUE DE NINGÚN MODO, NI POR LA ENSEÑANZA NI POR EL CONSEJO
DE NADIE, OS APARTÉIS JAMÁS DE ELLA Y así como yo, a una con mis hermanas, fui siempre solícita en guardar la santa pobreza que prometimos al Señor Dios y al bienaventurado Francisco, así también las abadesas que me sucedan en el
oficio, y todas las demás hermanas, están obligadas a observarla hasta el fin inviolablemente, es decir, no
recibiendo ni teniendo, NI DIRECTAMENTE NI POR INTERMEDIARIOS, posesión o propiedad alguna, ni
nada que razonablemente pueda considerarse propiedad, a no ser la porción de tierra que exige el
necesario decoro y aislamiento del monasterio; y esa tierra no se cultive sino como huerto, para las
necesidades de las mismas hermanas
—
Gracias Santa Clara de Asís , por las gracias y bendiciones recibidas por tu intercesión , y por los que vamos a recibir todos y cada uno , y donde llegue este mensaje . Amén
REGLA DE SANTA CLARA , PROYECTO DE VIDA
CAPÍTULO VI
Las promesas del bienaventurado Francisco y que no tengan posesiones .
Después que el altísimo Padre celestial se dignó, por su gracia, iluminar mi corazón, para que hiciera yo
penitencia , según el ejemplo y la doctrina de nuestro beatísimo padre san Francisco, poco después de su
conversión voluntariamente le prometí obediencia junto con mis hermanas. Y considerando el bienaventurado padre que no temeríamos pobreza alguna, ni trabajo, ni tribulación, ni
afrenta, ni desprecio del mundo, sino que, al contrario, todas estas cosas las tendríamos por grandes
delicias, movido a piedad escribió para nosotras la “forma de vida” en estos términos
«YA QUE, POR
DIVINA INSPIRACIÓN, OS HABÉIS HECHO HIJAS Y ESCLAVAS DEL ALTÍSIMO Y SUMO REY, PADRE CELESTIAL, Y
OS HABÉIS DESPOSADO CON EL ESPÍRITU SANTO, ELIGIENDO VIVIR SEGÚN LA PERFECCIÓN DEL SANTO
EVANGELIO,
QUIERO Y PROMETO DISPENSAROS SIEMPRE, POR MÍ MISMO Y POR MEDIO DE MIS HERMANOS, Y COMO A ELLOS, UN AMOROSO CUIDADO Y UNA ESPECIAL SOLICITUD»
Lo que cumplió diligentemente
mientras vivió, y quiso que sus hermanos cumplieran siempre
Y para que ni nosotras ni cuantas hubieran de venir después de nosotras, nos separáramos jamás de la
santísima pobreza que habíamos abrazado, poco antes de su muerte nos escribió de nuevo, comunicándonos
su última voluntad:
«YO EL HERMANO FRANCISCO, PEQUEÑUELO, QUIERO SEGUIR LA VIDA Y LA POBREZA
DEL ALTÍSIMO SEÑOR NUESTRO JESUCRISTO Y DE SU SANTÍSIMA MADRE Y PERSEVERAR EN ELLA HASTA EL FIN
(cf. Mt 10,22);
Y OS RUEGO, SEÑORAS MÍAS, Y OS ACONSEJO QUE VIVÁIS SIEMPRE EN ESTA SANTÍSIMA VIDA
Y POBREZA. Y CUIDAOS MUCHO, PARA QUE DE NINGÚN MODO, NI POR LA ENSEÑANZA NI POR EL CONSEJO
DE NADIE, OS APARTÉIS JAMÁS DE ELLA Y así como yo, a una con mis hermanas, fui siempre solícita en guardar la santa pobreza que prometimos al Señor Dios y al bienaventurado Francisco, así también las abadesas que me sucedan en el
oficio, y todas las demás hermanas, están obligadas a observarla hasta el fin inviolablemente, es decir, no
recibiendo ni teniendo, NI DIRECTAMENTE NI POR INTERMEDIARIOS, posesión o propiedad alguna, ni
nada que razonablemente pueda considerarse propiedad, a no ser la porción de tierra que exige el
necesario decoro y aislamiento del monasterio; y esa tierra no se cultive sino como huerto, para las
necesidades de las mismas hermanas
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