lunes, 21 de noviembre de 2016

LA REGLA DE SAN BENITO : 

CAPÍTULOS XXI , XXII , XXIII

XXI. LOS DECANOS DEL MONASTERIO
1
Si la comunidad es numerosa, se elegirán de entre sus miembros hermanos de
buena reputación y vida santa, y sean constituidos como decanos,
2
para que con su
solicitud velen sobre sus decanías en todo, de acuerdo con los preceptos de Dios y las
disposiciones del abad. 3
Sean elegidos decanos aquellos con quienes el abad pueda
compartir con toda garantía el peso de su responsabilidad. 4 Y no se les elegirá por
orden de antigüedad, sino según el mérito de su vida y la discreción de su doctrina.
5
Si alguno de estos decanos, hinchado quizá por su soberbia, tuviera que ser
reprendido y después de la primera, segunda y tercera corrección no quiere enmendarse,
será destituido, 6
y ocupará su lugar otro que sea digno. 7 Lo mismo establecemos con
relación al prepósito.

XXII. CÓMO HAN DE DORMIR LOS MONJES
1 Cada monje tendrá su propio lecho para dormir.
2
Según el criterio de su abad,
recibirán todo lo necesario para la cama en consonancia con su género de vida.
3 En la medida de lo posible, dormirán todos juntos en un mismo lugar; pero si por
ser muchos resulta imposible, dormirán en grupos de diez o de veinte, con ancianos que
velen solícitos sobre ellos.
4 Hasta el amanecer deberá arder continuamente una lámpara
en la estancia.
5 Duerman vestidos y ceñidos con cintos o cuerdas, de manera que mientras
descansan no tengan consigo los cuchillos, para que no se hieran entre sueños.
6 Y
también con el fin de que los monjes estén siempre listos para levantarse; así, cuando se
dé la señal, se pondrán en pie sin tardanza y de prisa para acudir a la obra de Dios,
adelantándose unos a otros, pero con mucha gravedad y modestia.
7 Los hermanos más
jóvenes no tengan contiguas sus camas, sino entreveradas con las de los mayores.
8 Al
levantarse para la obra de Dios, se avisarán discretamente unos a otros, para que los
somnolientos no puedan excusarse.

XXIII. LA EXCOMUNIÓN POR LAS FALTAS
1
Si algún hermano recalcitrante, o desobediente, o soberbio, o murmurador, o
infractor en algo de la santa regla y de los preceptos de los ancianos demostrara con ello
una actitud despectiva,
2
siguiendo el mandato del Señor, sea amonestado por sus
ancianos por primera y segunda vez.
3 Y, si no se corrigiere, se le reprenderá
públicamente.
4
Pero, si ni aún así se enmendare, incurrirá en excomunión, en el caso de
que sea capaz de comprender el alcance de esta pena.
5
Pero, si es un obstinado, se le
aplicarán castigos corporales

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