jueves, 17 de noviembre de 2016

LA REGLA DE SAN BENITO

CAPÍTULO VIII

VIII. EL OFICIO DIVINO POR LA NOCHE

1 Durante el invierno, esto es, desde las calendas de noviembre hasta Pascua, se
levantarán a la octava hora de la noche conforme al cómputo correspondiente,
2
para que
reposen hasta algo más de la media noche y puedan levantarse ya descansados.
3 El tiempo
que resta después de acabadas las vigilias, lo emplearán los hermanos que así lo necesiten
en el estudio de los salmos y de las lecturas.
4
Pero desde Pascua hasta las calendas de noviembre ha de regularse el horario de tal
manera, que el oficio de las vigilias, tras un cortísimo intervalo en el que los monjes puedan
salir por sus necesidades naturales, se comiencen inmediatamente los laudes, que deberán
celebrarse al rayar el alba

CAPÍTULO IX :

IX. CUÁNTOS SALMOS SE HAN DE DECIR POR LA NOCHE

1 En el mencionado tiempo de invierno se comenzará diciendo en primer lugar y por
tres veces este verso: «Señor, ábreme los labios, y mi boca proclamará tu alabanza».
2 Al
cual se añade el salmo 3 con el gloria.
3
Seguidamente, el salmo 94 con su antífona, o al
menos cantado. 4 Luego seguirá el himno ambrosiano, y a continuación seis salmos con
antífonas.
5 Acabados los salmos y dicho el verso, el abad da la bendición. Y, sentándose
todos en los escaños, leerán los hermanos, por su turno, tres lecturas del libro que está en el
atril, entre las cuales se cantarán tres responsorios.
6 Dos de estos responsorios se cantan sin
gloria, y en el que sigue a la tercera lectura, el que canta dice gloria.
7 Todos se levantarán
inmediatamente cuando el cantor comienza el gloria, en señal de honor y reverencia a la
Santísima Trinidad. 8 En el oficio de las vigilias se leerán los libros divinamente inspirados,
tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento, así como los comentarios que sobre ellos
han escrito los Padres católicos más célebres y reconocidos como ortodoxos.
9 Después de estas tres lecciones con sus responsorios seguirán otros seis salmos, que se
han de cantar con aleluya.
10 Y luego viene una lectura del Apóstol, que se dirá de
memoria; el verso, la invocación de la letanía, o sea, el Kyrie eleison,
11
y así se terminan
las vigilias de la noche.
 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario