martes, 7 de febrero de 2017

REFLEXIONES PARA CADA DÍA DEL AÑO : 

8 de FEBRERO

“El que no es conmigo, contra mí es; y el que conmigo no recoge,
desparrama” (Mateo 12:30).
El Señor Jesús pronunció estas palabras refiriéndose a los fariseos.
Acababan de cometer un pecado imperdonable: atribuyeron Sus milagros a
Beelzebú, el príncipe de los demonios, en vez de reconocer en ellos el poder
del Espíritu Santo. Desde aquel momento se hizo evidente que no le
aceptarían como el Mesías de Israel y el Salvador del mundo. Al no
decidirse a Su favor, estuvieron contra Él; en vez de servir a Su lado,
actuaron contra Él.
Cuando se trata de la Persona y la obra de Cristo, no hay
neutralidad; estamos por Cristo o estamos contra Él. Todo el que dice que
no puede decidir, ha tomado ya su decisión.
Cuando se trata de la verdad respecto a Cristo, no se puede
transigir. En el cristianismo bíblico hay algunas áreas en las que puede
haber diferencias de opinión, pero ésta no es una de ellas. Como nos
recuerda A. W. Tozer: “Algunas cosas no son negociables”. Debemos
adherirnos inquebrantablemente a la deidad absoluta del Señor Jesús, Su
nacimiento virginal, Su humanidad verdadera, Su naturaleza sin pecado, Su
muerte sustitutiva a favor de los pecadores, Su resurrección corporal, Su
ascensión a la diestra de Dios y Su próximo retorno. Cuando los hombres
comienzan a poner trabas a estas doctrinas fundamentales, todo lo que les
queda es un salvador a medias que a nadie puede salvar.
Como bien ha dicho un poeta:
¿Qué pensáis del Cristo? Es la prueba
Que evidencia tu estado y condición;
No podrás estar bien en lo que resta
A no ser que tengas de El buena opinión:
¿Cómo es Jesús a tu vista estimado?
¿es amado o despreciado?
Así Dios hacia ti se sentirá movido,
Y misericordia o ira Tu parte será
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