ESCRITOS DE SAN FRANCISCO DE ASÍS :
Compartimos con ustedes queridos hermanos , los ESCRITOS DE SAN FRANCISCO DE ASÍS , en agradecimiento por las gracias y los milagros que hemos recibido por su intercesión , y por los que vamos a seguir recibiendo todos y cada uno . Amén
Cap. XXIII: De la humildad
1Bienaventurado el siervo a quien se encuentra tan humilde entre sus súbditos,
como si estuviera entre sus señores. 2Bienaventurado el siervo que permanece siempre
bajo la vara de la corrección. 3Es siervo fiel y prudente (cf. Mt 24,45) el que, en todas
sus ofensas, no tarda en castigarse interiormente por la contrición y exteriormente por la
confesión y la satisfacción de obra.
Cap. XXIV: Del verdadero amor
10
Bienaventurado el siervo que ama tanto a su hermano cuando está enfermo, que no
puede recompensarle, como cuando está sano, que puede recompensarle.
Cap. XXV: De nuevo sobre lo mismo
Bienaventurado el siervo que ama y respeta tanto a su hermano cuando está lejos
de él, como cuando está con él, y no dice nada detrás de él, que no pueda decir con
caridad delante de él.
Cap. XXVI: Que los siervos de Dios honren a los clérigos
1Bienaventurado el siervo que tiene fe en los clérigos que viven rectamente según
la forma de la Iglesia Romana. 2Y ¡ay de aquellos que los desprecian!; pues, aunque sean
pecadores, nadie, sin embargo, debe juzgarlos, porque solo el Señor en persona se
reserva el juzgarlos. 3Pues cuanto mayor es el ministerio que ellos tienen del santísimo
cuerpo y sangre de nuestro Señor Jesucristo, que ellos reciben y ellos solos administran
a los demás, 4tanto más pecado tienen los que pecan contra ellos, que los que pecan
contra todos los demás hombres de este mundo.
Compartimos con ustedes queridos hermanos , los ESCRITOS DE SAN FRANCISCO DE ASÍS , en agradecimiento por las gracias y los milagros que hemos recibido por su intercesión , y por los que vamos a seguir recibiendo todos y cada uno . Amén
Cap. XXIII: De la humildad
1Bienaventurado el siervo a quien se encuentra tan humilde entre sus súbditos,
como si estuviera entre sus señores. 2Bienaventurado el siervo que permanece siempre
bajo la vara de la corrección. 3Es siervo fiel y prudente (cf. Mt 24,45) el que, en todas
sus ofensas, no tarda en castigarse interiormente por la contrición y exteriormente por la
confesión y la satisfacción de obra.
Cap. XXIV: Del verdadero amor
10
Bienaventurado el siervo que ama tanto a su hermano cuando está enfermo, que no
puede recompensarle, como cuando está sano, que puede recompensarle.
Cap. XXV: De nuevo sobre lo mismo
Bienaventurado el siervo que ama y respeta tanto a su hermano cuando está lejos
de él, como cuando está con él, y no dice nada detrás de él, que no pueda decir con
caridad delante de él.
Cap. XXVI: Que los siervos de Dios honren a los clérigos
1Bienaventurado el siervo que tiene fe en los clérigos que viven rectamente según
la forma de la Iglesia Romana. 2Y ¡ay de aquellos que los desprecian!; pues, aunque sean
pecadores, nadie, sin embargo, debe juzgarlos, porque solo el Señor en persona se
reserva el juzgarlos. 3Pues cuanto mayor es el ministerio que ellos tienen del santísimo
cuerpo y sangre de nuestro Señor Jesucristo, que ellos reciben y ellos solos administran
a los demás, 4tanto más pecado tienen los que pecan contra ellos, que los que pecan
contra todos los demás hombres de este mundo.
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