domingo, 4 de diciembre de 2016

LOS CINCO MINUTOS DE DIOS : 

5 de diciembre : 

Todos llevamos dentro de nosotros mismos un altar en el que hemos
entronizado a nuestro Yo y al que le rendimos culto con excesiva frecuencia e
intensidad.
La conquista del propio Yo es la mayor victoria que el hombre puede lograr;
conseguir que la vida no sea dominada por el ego, sino por la razón y el corazón.
Cuanto más perfectos seamos nosotros en nuestra vida, más comprensivos nos
mostraremos con las imperfecciones de los demás; por el contrario, cuanto menos
perfectos seamos nosotros, más exigentes nos mostraremos con los otros.
Siempre estamos inclinados a reprobar y criticar los defectos de los demás,
sobre todo aquellos defectos que nosotros también tenemos y que no nos atrevemos a
confesárnoslo. Otras veces criticamos los defectos que nosotros no tenemos, como
una evasión para no reconocer y recordar los defectos que tenemos y nos dominan.
Todos lamentamos las injusticias que sufre nuestro mundo de hoy; el Concilio nos
advierte que muchas de ellas "nacen del deseo de dominio y del desprecio por las personas; y,
si ahondamos en los motivos más profundos, brotan de la envidia, de la desconfianza, de la
soberbia y demás pasiones egoístas" (GS, 83).

Padre Alfonso Milagro

Del Libro : Los cinco minutos de Dios

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