domingo, 11 de diciembre de 2016

Evangelio de mañana
Lectura del santo evangelio según san Mateo (21,23-27):
EN aquel tiempo, Jesús llegó al templo y, mientras enseñaba, se le acercaron los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo para preguntarle:
«¿Con qué autoridad haces esto? ¿Quién te ha dado semejante autoridad?».
Jesús les replicó:
«Os voy a hacer yo también una pregunta; si me la contestáis, os diré yo también con qué autoridad hago esto. El bautismo de Juan ¿de dónde venía, del cielo o de los hombres?».
Ellos se pusieron a deliberar:
«Si decimos “del cielo”, nos dirá: “¿Por qué no le habéis creído?”. Si le decimos “de los hombres”, tememos a la gente; porque todos tienen a Juan por profeta».
Y respondieron a Jesús:
«No sabemos».
Él, por su parte, les dijo:
«Pues tampoco yo os digo con qué autoridad hago esto».
Palabra del Señor :
Te damos gracias Padre por permitirnos compartir tu Palabra ; derrama de tu gracia y de tu amor ; tú conoces todas y cada una de nuestras necesidades : espirituales y temporales .
Sabemos que en todos ellos : tú nos asistes , fructificas , provees y sanas todo por tu Divina Providencia .
Te damos gracias Padre en el Nombre de tu Hijo amado , Nuestro Señor Jesucristo . Amén
COMENTARIO DEL EVANGELIO DEL DÍA 12 DE DICIEMBRE :
Hoy el Evangelio nos presenta una actitud no muy correcta: cuando Jesús pregunta, sus interlocutores por cobardía o por orgullo contestan “no sabemos” cuando en realidad sí sabían la respuesta. No querían comprometerse ni quedar mal ante la gente. Tal vez pretendían que Dios actuase como ellos pensaban; que Dios se acomodase a sus planes y deseo
Para reconocer a Jesús como “la estrella” –la luz- hay que ir a Belén como los pastores y los Magos: con un verdadero deseo de aceptar al Niño como Jesús , es decir el Dios Salvador. Jesús se da a conocer a los humildes y pequeños que tienen un corazón limpio de orgullo e hipocresía; un corazón que acepta con confianza los proyectos e ideas de Dios.
En América hoy es la Fiesta de la Virgen de Guadalupe, la Patrona del Continente. Transcribo estas hermosas palabras que nos indican qué lugar ocupa María en la vida de los cristianos americanos: “A lo largo de los últimos quinientos años hemos visto a María caminando, como en el evangelio, por nuestros valles, llanuras y montañas. La hemos visto entrar a nuestras casas, sin protocolos ni privilegios, solo saludando y compartiendo lo mejor de su vida, Jesús de Nazaret. Por su sencillez y ternura no podemos aguantar las ganas de gritarle a Dios: Gracias por permitir que la Madre de nuestro Señor haya puesto su morada en nuestro continente. Gracias, María, porque, a pesar de la pobreza y las debilidades de nuestro pueblo, sigues poniendo tu corazón en nuestras vidas, en nuestras familias y en nuestras comunidades… Gracias, María, porque hemos aprendido de ti un estilo de fe que, como en las bodas de Caná, nos dice: “haced lo que él os diga”.

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