lunes, 31 de octubre de 2016

Evangelio de mañana
Lectura del santo evangelio según san Mateo (5,1-12):

Viendo la muchedumbre, subió al monte, se sentó, y sus discípulos se le acercaron. Y tomando la palabra, les enseñaba diciendo: «Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos. Bienaventurados los mansos, porque ellos poseerán en herencia la tierra. Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados. Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados. Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios. Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los Cielos. Bienaventurados seréis cuando os injurien, y os persigan y digan con mentira toda clase de mal contra vosotros por mi causa. Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en los cielos; pues de la misma manera persiguieron a los profetas anteriores a vosotros.»

Palabra del Señor :

Te damos gracias Padre por permitirnos compartir tu Palabra ; derrama de tu gracia y de tu amor ; tú conoces todas y cada una de nuestras necesidades : espirituales y temporales .

Sabemos que en todos ellos : tú nos asistes , fructificas , provees y sanas todo por tu Divina Providencia .

Te damos gracias Padre en el Nombre de tu Hijo amado , Nuestro Señor Jesucristo . Amén

COMENTARIO DEL EVANGELIO DEL DÍA 1 DE NOVIEMBRE DEL 2016 :

Leemos con tranquilidad el Evangelio de Mateo, las bienaventuranzas. Dejamos que nos empapen el corazón, que sus palabras nos vayan llegando poco a poco. Es Jesús quien nos habla. Dice que son bienaventurados, felices, los pobres de espíritu, los mansos, los que lloran, los que tienen hambre de justicia, los limpios de corazón, los que trabajan por la paz, los perseguidos por causa de la justicia... Decía un profesor mío que las bienaventuranzas no hablaban en realidad de nosotros sino de Dios. Es Dios el que está mirando a los pobres, a los mansos, a los que lloran, a los que sufren. Y los mira con buenos ojos, con ojos de Padre, con ojos de amor y misericordia.

Hoy celebramos que Dios nos mira con tanto cariño que nos cubre con un manto de perdón, de misericordia, de reconciliación, que sana nuestras heridas y nos llena de paz y de esperanza. ¿Puede haber alguna razón mejor para celebrar?

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