domingo, 20 de agosto de 2017

REFLEXIONES PARA CADA DÍA DEL AÑO :
21 de AGOSTO
“...prefiero hablar cinco palabras con mi entendimiento, para
enseñar también a otros, que diez mil palabras en lengua desconocida”
(1 Corintios 14:19).
El tema aquí, desde luego, es el uso de las lenguas sin interpretación
en las reuniones de la iglesia. Pablo se opone a esta práctica. Insiste en que lo
que se dice debe ser inteligible, de lo contrario nadie es edificado.
Pero el versículo puede aplicarse en un sentido más amplio. Cuando
hablamos, debemos hacerlo en voz alta para que todos escuchen, de otro modo
podríamos también estar hablando en una lengua desconocida. En casi todos
los públicos hay personas que no oyen bien. Cuando la voz del que habla es
suave los oyentes sufren al perder el hilo de las ideas. Ya que el amor piensa en
los demás y no en sí mismo, es preciso hablar con suficiente volumen para que
todos puedan escuchar.
El amor emplea también palabras suficientemente sencillas para que
una persona normal le entienda. Tenemos un gran mensaje, el mensaje más
grande e importante del mundo, y es vital que la gente lo oiga y entienda. Si
usamos una jerga complicada, oscura y técnica, echamos abajo nuestro
propósito.
Un predicador fue al Oriente a ministrar la Palabra, haciendo uso de un
intérprete. La primera frase de su mensaje fue: “Todo pensamiento puede
dividirse en dos categorías, concreto y abstracto”. Observando a la audiencia
de abuelitas desdentadas y niños inquietos, el intérprete la tradujo así: “He
venido desde muy lejos para hablarles acerca del Señor Jesús”. A partir de ahí
el mensaje estuvo firmemente en las manos de los ángeles.
En un artículo reciente de una revista cristiana, me encontré con
expresiones tales como: “datum normativo de una categoría transhistórica”;
“obra que no es ecléctica sino que tiene relevancia existencial”; “un continuum
vertical de conciencia”; “lenguaje canónico de afirmación”; “causalidad
clásica en los límites extremos de la medida”. ¡Cuánto esfuerzo conlleva poder
abrirse paso a través de esta jerga religiosa burocrática! ¡Líbranos de todos
aquellos que tienen un modo pesado de no decir nada en frases infinitas!
Dicen que los programas de radio y televisión se transmiten en
términos que puede entender la gente con un tercer grado de educación. Esto
debe ser una clave para los cristianos que desean alcanzar al mundo con el
mensaje de la redención. Debemos “hacer que el mensaje sea claro y simple:
CRISTO RECIBE A LOS HOMBRES PECADORES”. Es mejor hablar cinco
palabras y ser entendido que diez mil palabras en un lenguaje que nadie puede
entender.La imagen puede contener: 1 persona

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