martes, 19 de septiembre de 2017

REFLEXIONES PARA CADA DÍA DEL AÑO : 

20 de SEPTIEMBRE

“No altivos, sino asociándoos con los humildes” (Romanos 12:16).
La tendencia natural de muchos es a codearse con la flor y nata de la
sociedad. En cada corazón está el deseo de asociarse con aquellos que son
influyentes, ricos y aristócratas. El consejo de Pablo en Romanos 12:16 en
realidad a nadie le agrada: “No altivos, sino asociándoos con los humildes”.
Las castas no existen en la iglesia. Los cristianos deben vivir por encima de las
distinciones sociales.
Fred Elliot contaba una vez una historia que lo ilustra muy bien: Una
mañana estaba reunido con su familia, en el tiempo devocional después del
desayuno, cuando escuchó un ruido estrepitoso en el patio. Se dio cuenta de que
el basurero había llegado. Dejó la Biblia abierta sobre la mesa, se acercó a la
ventana, la abrió y saludó animadamente al basurero, luego regresó a la mesa
para continuar con el devocional. Para él era tan sagrado saludar al basurero
como leer la Biblia.
Hay otro siervo del Señor que también aplicó este texto muy
literalmente. Jack Wyrtzen dirigía un campamento bíblico cada verano en
Schroon Lake, N. Y. En una de las conferencias para adultos, un invitado se hizo
notar por un grave defecto físico. No podía controlar los músculos de la boca y
por eso no era capaz de tragar todo lo que se llevaba a la boca. Gran parte del
bocado se le salía de la boca y caía sobre los periódicos con los que se cubría el
pecho y las piernas. La escena no era agradable para quien le acompañaba a
comer y consecuentemente, este hombre por lo general se sentaba solo a la mesa.
Debido a las presiones del trabajo, Jack Wyrtzen llegaba tarde a
menudo al comedor. Siempre que cruzaba por la puerta, la gente lo saludaba
animadamente haciéndole señas para que se sentara a sus mesas. Pero Jack
nunca lo hacía. Siempre iba a la mesa donde este invitado estaba comiendo
solo. Se asociaba en amor con aquel humilde hombre.
“Una vez a un general cristiano se le vio dirigiendo la palabra a una
pobre anciana. Sus amigos le dijeron en señal de protesta: ‘Debes considerar tu
rango’. El general contestó: ‘¿Qué hubiera sucedido si mi Señor hubiera
considerado Su rango?’ (del calendario “Choice Gleanings”).
En su poema, “For A’ That and A’ That”, Robert Burns nos recuerda
que a pesar de una posición humilde en la vida, a fin de cuentas uno es un
hombre y no puede negarlo. Dice que el hombre de pensamiento independiente
puede reírse del teatro que representan los soberbios que visten de seda.
Cuando pensamos en cómo nuestro Salvador se humilló para
asociarse con nosotros en nuestra condición humilde, es absurdo que no
hagamos lo mismo con los demás.
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